lunes, 2 de agosto de 2010

Taller de Construcción en Tierra

por PATRICIO ARIAS y MARCELO CORTES

Usualmente, cuando se habla de construcción con tierra cruda, se piensa inmediatamente en la construcción con “adobe”, sin embargo ambos términos no son sinónimos: el adobe es una de las tantas técnicas de construcción con tierra. Entre algunas de ellas destacan las tradicionales y más utilizadas en nuestro país, como lo son el tapial y la quincha, y otras técnicas mixtas nuevas, como el denominado tecnobarro y la quincha metálica.

El tecnobarro es un sistema constructivo mixto, donde existe una estructura soportante de acero y un material de relleno que es una mezcla de tierra y paja. Conceptualmente hablando, el tecnobarro es una evolución de la quincha tradicional (estructura soportante más un entramado de madera relleno con tierra), donde en vez de generarse un entramado de madera, se hace uno de acero. Este sistema, ideado por nuestra oficina de Arquitectura y Construcción, presenta dos modalidades: la primera, denominada por sus autores como “quincha metálica”, es una estructura en base a perfiles de acero entre los cuales se suelda una malla metálica tipo ACMA, sobre la cual se aplica la mezcla de tierra y paja; en el segundo, denominado “tecnobarro” propiamente tal, la estructura ya no es en base a perfiles, sino a la misma malla metálica que se pliega en intervalos de 10 cm o más dependiendo el caso, logrando un panel estructural tipo estereométrica que luego se rellena completamente con tierra y paja que le otorgarán consistencia y resistencia a la estructura; este último sistema posee viarias ventajas respecto al primero: disminución de costos al ahorrarse los perfiles, libertad formal, ya que la malla plegada puede adquirir la forma que se desee, y continuidad estructural, lo que disminuye los puentes térmicos por tanto ahorra energía.

La idea de utilizar acero, nació de la observación de los refuerzos utilizados en las cons-trucciones históricas en adobe realizadas en Santiago poniente, las cuales han resistido los sismos gracias a refuerzos de metal (en forma de alambrotes de 2 a 3 mm). Estos sis-temas mixtos aprovechan las propiedades estructurales del acero en cuanto a su capaci-dad sismo-resistente, y la tierra, además de proteger la estructura contra la corrosión pro-ducto de la humedad, aporta mejores cualidades de habitabilidad, como lo son, el confort térmico y el aislamiento acústico, en una mezcla que además de su gran potencial bio-climático, incorpora los valores de total libertad formal (así lo permiten las estructuras en base a mallas), productividad, economía y prefabricación.

Cabe destacar que al momento de construir con tierra, se debe tener como pie forzado de que no nos encontramos frente a un material de construcción estandarizado –de ahí que con la tierra no existen recetas–, por lo cual cada vez que se va a trabajar con él, se de-ben analizar sus características, sea mediante simples pruebas prácticas, que nos ayu-dará a determinar si la tierra es la adecuada al sistema constructivo elegido, existiendo soluciones simples para mejorarla como añadir arena y cal a la mezcla, entre otras.

La pregunta relevante el ¿por qué construir hoy en día con tierra?

Sin lugar a dudas porque este material presenta múltiples beneficios, entre ellos:

• Se encuentra en forma abundante de manera natural y la mayoría de las veces gratis, sino, con un costo mucho menor que cualquier material estandarizado.

• Posee la capacidad de almacenar calor (inercia térmica), permitiendo que los recintos permanezcan frescos cuando la temperatura exterior sea alta, y viceversa, temperados en los meses fríos.

• Regula la humedad ambiental permitiendo que los muros respiren.

• Ahorra energía, ya que no se requieren procesos industriales para su producción.

• Es un material reutilizable. Por estas razones, es que la construcción con tierra y con el “tecnobarro en particular” se puede ligar a dos grandes temas:

• A la arquitectura de “bajo impacto” o “sustentable”, tema en boga en el actual marco de crisis energética que vivimos.

• Al quehacer arquitectónico con interés social: al ser bajo los costos de construcción, rápida su ejecución (los paneles de tecnobarro se pueden prefabricar y montar en obra de manera rápida) y fácil la capacitación de la comunidad para generar proyectos de autoconstrucción que ayuden a enfrentar el déficit habitacional. Es decir, es posible desarrollar vivienda social estandarizada en barro.


Patricio Arias y Marcelo Cortés / ARQUITECTOS

www.surtierrarquitectura.cl

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