miércoles, 29 de septiembre de 2010

Universidad Santa María desarrolla construcción antisísmica basada en tierra cruda

09/04/2010
Pablo Barros y Felipe Imhoff, del Departamento de Arquitectura del plantel, apuestan por una técnica bautizada como suelo-cemento post tensado. Su bajo costo y características patrimoniales resultan ideales para reconstruir viviendas rurales en el Valle Central.

Las técnicas de construcción basadas en tierra han sido utilizadas desde el comienzo de la civilización. Sin embargo, con el paso del tiempo han perdido credibilidad y se ha puesto en tela de juicio su resistencia ante un sismo de gran envergadura.

En este escenario Pablo Barros, académico del Departamento de Arquitectura de la Universidad Santa María, aclaró que “existe una confusión y prejuicios infundados en torno a las propiedades de la tierra. Si bien el adobe presenta un mal comportamiento frente al sismo como técnica constructiva, esto no significa que el material en sí tenga que ser estigmatizado”.

De esta manera, el académico USM guió la tesis de Felipe Imhoff, y juntos desarrollaron lo que parecía imposible: casas antisísmicas en base a tierra cruda. “Revisamos todas las técnicas que existen a nivel mundial, y el barro sigue siendo el material más barato, más sustentable y que tiene menor huella ecológica”, indicó Barros.

“Luego de una profunda investigación, nos basamos principalmente en los estudios previos del arquitecto alemán Gernot Minke y apostamos por el suelo cemento compactado, que consiste en aplicar una baja dosis de cemento a la mezcla de barro con agua, vaciarlo en un molde y aplicarle compactación mecánica”, agregó.

Para que fuera antisísmico, los investigadores plantearon un concepto absolutamente original: un muro a base de tapial en suelo-cemento post tensado. El profesor Barros explicó que la hipótesis de trabajo “consistió en insertar en el alma del muro unos tubitos de plástico comunes y corrientes, por los cuales corren unos hilos de acero. Luego se corona con un tablón que cumple la función de una cadena perimetral, el hilo pasa a través del tablón con una golilla y una vez que el muro está terminado se le da tensión a través de esta varilla de acero”.

Prueba superada 
Una vez que fue diseñado el sistema, los investigadores realizaron una prueba empírica. Se usó la mesa de sismos del Departamento de Obras Civiles de la Universidad Santa María, la cual replica un terremoto a escala.

El académico USM sostuvo que “los modelos a escala de suelo-cemento compactado fueron sometidos a ensayos sísmicos en la mesa de simulación, con el registro de Kobe (7.3 Richter). Este terremoto genera mucho daño, sobre todo a las construcciones de tierra por su rápida y fuerte aceleración de 0.8g”.

“Los modelos de vivienda soportaron bien, y se comprobó que el sistema efectivamente es resistente al sismo. En las dos propuestas que realizamos a base de suelo-cemento post tensado se produjeron fisuras que no comprometieron la estabilidad de la estructura. En ningún momento colapsaron, lo que demuestra que es una técnica constructiva apropiada para edificaciones simples que se puede aplicar en zonas sísmicas del país”, puntualizó.

Barros afirmó que el sistema “posee también una serie de ventajas desde le punto de vista del confort térmico y no requiere una mano de obra tremendamente calificada para su implementación. De esta manera, se podría capacitar a una comunidad rural para que ellos fabriquen los sets de moldajes, pensando en un proceso de autoconstrucción que absorbe mano de obra local y es más barato”.

Nicho de mercado 
En la zona más dañada por el terremoto y tsunami está toda la tradición arquitectónica de Chile, y Pablo Barros indicó que “esta nueva técnica representa la alternativa ideal para llevar a cabo la reconstrucción de carácter rural, sin perder el estilo tradicional conocido popularmente “como arquitectura chilena”. Para un sector que tiene arraigada la cultura del muro adobe, esta es lejos la mejor opción. Resumiendo, el nicho de mercado está en toda el área rural del Valle Central de nuestro país”.

Edición: Universia / RR

Fuente: Universidad Santa María

domingo, 26 de septiembre de 2010

El Barro, las manos, la casa



Son muchas las virtudes de la tierra cruda como material constructivo. Desde la perspectiva del confort ambiental, lo que le confiere tanto atractivo a la tierra cruda es que tiene alta inercia térmica, es decir, es capaz de almacenar energía en el interior de su masa y luego, cuando la temperatura ambiental es menor, la va liberando, mediante radiación, hacia los espacios colindantes. Esta propiedad se aprovecha exponiendo el muro a la radiación solar diurna, de manera que durante la noche libere el calor acumulado. la tierra tiene un retardo de aproximadamente 7 horas. 

Por otra parte, la temperatura superficial de la tierra cruda es mucho mayor a la de un muro tradicional de albañilería, por ejemplo, lo que da, a igual temperatura ambiental, una sensación térmica a los espacios mucho más agradable.