miércoles, 24 de marzo de 2010


Posteado por:
Marcelo Mansilla
12/03/2010 13:28
[ N° 12 ]

El problema del adobe es la falla frágil; es ésta repentina y muchas veces completa. Mientras está en rango elástico parece estar resistiendo bien, pero apenas un muro principal entra en rango inelástico falla de una vez; enseguida se reacomodan las cargas sobre los otros elementos y con frecuencia se produce el desplome masivo. Por el contrario, el hormigón armado y el acero son dúctiles: la estructura entra en rango inelástico y empieza a fallar pero demora en colapsar, dando tiempo de evacuar.

Por esto los ingenieros desestiman este material. La norma chilena de diseño sísmico señala que las estructuras deben diseñarse de tal manera que aunque presenten daños, eviten el colapso durante sismos de intensidad excepcionalmente severa.

Con todo, es posible construir con cierta seguridad en adobe en este país si se combina con madera, capaz de abosrber gran cantidad de energía sísmica, y se usa técnica apropiada (quedan muy pocos buenos maestros). Su mayor enemigo es la humedad, tanto de filtraciones de baños como de agua lluvia por aleros insuficientes, desprendimiento de revoque, humedad en los cimientos, en fin. Muy relevante es la falta de diafragma rígido (la tapa de la caja de zapatos) y la carencia de muros o contrafuertes estructurales suficientes que ayuden a los muros principales a resistir las cargas sísmicas ortogonales a su plano, dejándolos propensos al vaciamiento. También la falta de cadenas que 'amarren' los muros unos con otros.

Además, en general las casas de adobe por su antiguedad han ido degradándose estructuralmente terremoto tras terremoto. Con frecuencia las reparaciones son cosméticas, sin que se restituya la capacidad sísmica original.

Hay un ejemplo notable. La iglesia de Nantoco, en Tierra Amarilla, Copiapó (poca humedad), Monumento Histórico (ver página del Consejo de MN). No es de adobe pero parece que lo fuera por su aspecto y propiedades térmicas. Es madera con grueso revoque de barro sobre caña de Guayaquil. Su pórtico y torre han soportado el castigo de 150 años con innumerables terremotos, sin mantención. Hay una lección que aprender allí, especialmente para los que se aprestan a reconstruir lo que quedó del patrimonio histórico.

http://controldegrietas.blogspot.com/


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