viernes, 11 de junio de 2010

Dióxido de Carbono - Adobe 0 Kg VS Cemento 920 Kg






Almacenamiento de dióxido de carbono en cemento.


Este artículo forma parte de una lista anual de las que, a nuestro juicio, son las 10 tecnologías emergentes más importantes.
La fabricación de cemento para hormigón consiste en calentar piedra caliza pulverizada, arcilla y arena a 1.450 ° C, usando un combustible como el carbón o el gas natural. El proceso genera una gran cantidad de dióxido de carbono: la fabricación de una tonelada métrica de cemento Portland de uso general libera entre 650 y 920 kilogramos de dicho componente. Los 2,8 millones de toneladas métricas de cemento producidas en todo el mundo en 2009 generaron alrededor del 5 por ciento de todas las emisiones de dióxido de carbono. Nikolaos Vlasopoulos, científico jefe en la startup Novacem, con sede en Londres, está tratando de eliminar las emisiones con un cemento que absorba más dióxido de carbono del que libere durante su fabricación. Logra retener hasta 100 kilogramos de gas de efecto invernadero por tonelada.
Vlasopoulos descubrió la receta del cemento de Novacem cuando era estudiante de postgrado en el Imperial College de Londres. "Estaba investigando cementos producidos por la mezcla de óxidos de magnesio con cemento Portland", afirma. No obstante, al añadir agua a los compuestos de magnesio sin ningún tipo de Portland en la mezcla, descubrió que aún así podía hacer un tipo de cemento sólido y que no estuviese basado en piedra caliza rica en carbono. Y a medida que se endurecía, el dióxido de carbono en la atmósfera reaccionaba con el magnesio para crear carbonatos fortalecientes del cemento que, al mismo tiempo, ayudaban a la captura del gas. Novacem está en la actualidad refinando la fórmula para que el rendimiento mecánico del producto sea igual al del cemento Portland. Ese trabajo, afirma Vlasopoulos, debería estar hecho "de aquí a un año".
Otras nuevas empresas también están tratando de reducir la huella de carbono del cemento, incluyendo a Calera en Los Gatos, California, que ha recibido cerca de 50 millones de dólares en inversiones de riesgo. Sin embargo, los cementos de Calera se encuentran actualmente destinados a ser aditivos para el cemento Portland, en lugar de ser un reemplazo, como en el caso de Novacem, afirma Franz-Josef Ulm, director del Centro de Sostenibilidad del Cemento en MIT. Novacem podría así conseguir ventaja en la reducción de emisiones, aunque todas las startups se enfrentan al reto de escalar su tecnología a niveles industriales. Sin embargo, según afirma Ulm, esto no significa que una empresa deba desplazar miles de millones de toneladas de cemento Portland para tener éxito; se puede comenzar por la explotación de nichos de mercado especializados dentro de la construcción. Si Novacem es capaz de producir 500.000 toneladas al año, según cree Vlasopoulos, puede alcanzar el mismo precio del cemento Portland.
Incluso llegar hasta ese punto va a ser difícil. "Ellos están introduciendo un material muy nuevo en una industria muy conservadora", señala Hamlin Jennings, profesor en el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad Northwestern. "Habrá cuestiones que responder." Novacem comenzará a tratar de persuadir a la industria, trabajando con Laing O'Rourke, la mayor empresa constructora de propiedad privada en el Reino Unido. En 2011, y con 1,5 millones de dólares en efectivo procedentes de la Real Sociedad y otras fuentes, Novacem tiene programado comenzar a construir una nueva planta piloto para fabricar su nueva formulación de cemento.

miércoles, 2 de junio de 2010

Barro, Adobe , hábitat y revolución

Barro, Adobe  , hábitat y revolución
Por Joel Sangronis Padrón






Es claro que en un mundo que entra en una crisis sin retorno del modelo de consumo de energía vigente en los últimos 100 años, la costosa producción de materiales para la construcción de viviendas e inclusive el diseño y conceptualización de las mismas tiene que ser revisado y redefinido.


En los últimos 60 años los países del sur del mundo hemos incrementado significativamente nuestros índices demográficos. La mejoría en nuestras condiciones sociosanitarias han influido decisivamente para que nuestra población se multiplicara a un ritmo cada vez más acelerado.


Estos aumentos de la población se concentraron fundamentalmente en las principales ciudades de nuestros países, produciendo en pocas décadas un colapso en la capacidad de servicios de éstas y un déficit cada vez mayor en la oferta de vivienda y de terrenos donde construirlas.


La construcción de viviendas e inclusive la planificación del urbanismo fueron abandonadas por los diferentes gobiernos, transfiriendo esta responsabilidad a la iniciativa privada y a la mano invisible del mercado, eufemismos con que en nuestros países se denomina a las monopólicas mafias de la construcción y a los gangsteriles negocios especulativos de la banca hipotecaria.


La durabilidad de los materiales de construcción actuales se obtiene a costa de un muy elevado gasto de energía: 1000 grados centígrados para producir cemento portland, 1700 grados centígrados para obtener el acero que se utiliza en la construcción, altos costos en fletes, etc. Este alto consumo de energía sumado a diseños inapropiados, no adaptados a nuestras condiciones climáticas, culturales y económicas, más la visión por parte del sector financiero de la problemática de la vivienda como uno de los negocios más lucrativos, con índices de retorno del capital invertido más rápido y tasas de ganancia más elevadas, han convertido la adquisición de una vivienda en un sueño casi inalcanzable para millones de hombres y mujeres de nuestros pueblos; situación en la que también yo, por cierto, me encuentro.


Las situaciones antes descritas parecieran indicar la necesidad de que se exploren nuevas (pero también viejas e injustamente olvidadas) posibilidades referidas a la construcción de viviendas, entre las que hay que destacar el barro y el Adobe como materias primas de la construcción.






El barro ha sido utilizado para construir viviendas desde la época de los primeros asentamientos humanos. Es un material abundante, económico y de notables cualidades físico-estructurales que el esnobismo y la colonización cultural nos ha hecho olvidar y despreciar.


El barro como material de construcción ha sido estigmatizado socialmente; se le asocia con pobreza y atraso; se le atribuye una supuesta fragilidad e inconsistencia que desmiente el hecho de que pirámides como la de Dahsur en Egipto, construida totalmente de barro hace ya más de 5.000 años, aun hoy se encuentra en un asombroso estado de conservación, lo mismo que la antigua ciudad de Cachan en el Perú, construida con barro hace aproximadamente 2.800 años, o largos trechos de la gran muralla china aun hoy en pie y funcional. También en el occidental estado de Falcón, su capital, Coro, declarada patrimonio histórico de la humanidad por la UNESCO, posee un casco histórico construido fundamentalmente de barro, en donde pueden verse majestuosas casas como la “casa de las ventanas de hierro”, perteneciente a la familia Tellería, que aun después de 300 años sigue maravillando y admirando a quien tiene el placer de recorrer sus pasillos, patios y habitaciones, y que hoy pide a gritos ser adquirida por el Estado venezolano para evitar su progresivo proceso de deterioro.


Entre las muchas cualidades y ventajas del barro como material de construcción tenemos:
Los adobes de barro (la palabra adobe parece provenir del árabe “atob” que significa cieno o lodazal, o de “atuba” que significa ladrillo) conducen poco el calor y actúan como equilibradores térmicos (absorben el calor del día y lo liberan poco a poco durante el frío de la noche y viceversa). Su capacidad de de aislamiento acústico es notable, y esta característica viene a ser de gran utilidad y beneficio a una sociedad golpeada por el estrés y por la cultura del ruido. El barro aísla de las radiaciones electromagnéticas, cosa que no hace el concreto. Es un material prácticamente incombustible, con un valor de ignición de F-180, esto significa que puede soportar el fuego durante 180 minutos sin arder.


Los muros y paredes hechos de adobes de barro son gruesos y su densidad es semejante a la del hormigón. Tiene una alta resistencia a los impactos y es totalmente ecológico y reciclable. Sus daños estructurales son fáciles de reparar y tanto el barro como la arcilla son protectores naturales en contra de hongos y bacterias, además de que como intercambian humedad con el exterior mantienen saludables niveles de humedad en el interior de las viviendas..


Países centroamericanos como Honduras, Costa Rica y El Salvador y Peru y Colombia están instituyendo escuelas para la formación de maestros constructores en la técnica del barro.
Sólo utilizando materiales económicos, ecológicos y abundantes (como el barro), podrán los diferentes gobiernos de los países del mundo cubrir el déficit de más de 500 millones de viviendas que se calcula se necesitaran en el mundo en los próximos 20 años.


Joel Sangronis Padrón - Profesor UNERMB



lunes, 31 de mayo de 2010

La reconstrucción en Vichuquén

La reconstrucción en Vichuquén: un modelo a seguir


La Zona Típica de Cobquecura idealmente reconstruida: cables soterrados, farolas coloniales, sin carteles comerciales excesivos y calles adoquinadas.

En el video cuyo enlace está un poco más abajo, podemos apreciar el ensayo de resistencia de una construcción experimental hecha de adobe reforzado congeomalla , usando el simulador de sismos del Laboratorio de Estructuras de de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Católica del Perú. Esta unidad es de origen japonés:

http://www.youtube.com/watch?v=LtgAJIA1wHk&feature=related

La construcción experimental lista para la prueba en el simulador de sismos del
Laboratorio de Estructuras de la Facultad de Construcción Civíl de la PUCP.


Después de éste fuerte terremoto simulado, sólo observamos daños en el estuco y en la parte inferior de una ventana, lo que representa un daño estructural menor (No se puede determinar los grados Mercalli en la simulación, porque esto va a depender entre otros factores de la calidad del suelo)

Después del fuerte terremoto simulado, la estructura de adobe reforzada con
geomalla permanece en pie.


El uso de la geomalla es quizá la mejor alternativa técnica para reconstruir las Zonas Típicas dañadas por el terremoto.
Es un material, con el cual se cubre el adobe antes de estucarlo, es barato y hace mucho más segura a esta técnica tradicional.

Las paredes pueden ser levantadas incluso por una sola persona, mientras que para cocer las tejas que las van a cubrir se necesita de cierta coordinación.
A este tipo de estructura se les podría agregar quizá otros elementos para hacerla aún más resistente: pies derechos, diagonales, escuadras en las esquinas, refuerzos internos en madera rolliza que unan los bloques, etcétera.

El costo de construir en adobe va a ser siempre muchísimo menor que levantar muros en concreto armado, porque la tierra que se va a ocupar para hacer paredes y techos es un bien gratuito, y porque con esta materia prima se puede aplicar la autoconstrucción.

Es importante también considerar las ventajas que tiene la tierra si se usa para levantar muros, en el sentido que ella tiene las mejores propiedades de aislamiento térmico, superior a cualquier otro material moderno. Esto es válido también para las tejas de barro cocido.

Hoy los habitantes de Vichuquén, uno de los bellos pueblos de la zona afectada por el sismo del 27 de febrero, están participando activamente en la restauración de su Zona Típica.

La comunidad vichuquenina, apoyada en la tecnología moderna del adobe,
reconstruye y refuerza sus casas con geomalla.


La reconstrucción de los pueblos de adobe de la Zona Central afectados por el terremoto tiene dos imperativos importantes:

En primer lugar está el aspecto histórico, patrimonial, relacionado con nuestra identidad como nación, con la necesidad de que tenemos como país de preservar materialmente nuestro pasado urbano.

En segundo lugar esta el aspecto económico.
Porque el que los vichuqueninos hayan decidido reconstruir su pueblo a la manera tradicional pero ahora reforzando los muros, no es sólo una actitud relacionada con la nostalgia y la historia, sino que también con el presente, con los beneficios económicos de mantener a un pueblo rural con sus caracterísiticas tradicionales, que son tan atractivas para los visitantes proveniente de las grandes ciudades.
De esta manera, El turismo rural en sus distintas variantes tendrá en el patrimonio arquitectónico de Vichuquén, —y en el de de los pueblos del Valle Central que quieran emular esta experiencia—, un importante punto de partida para su desarrollo, lo que en los últimos años, antes del terremoto, ya empezaba a perfilarse.

Conviene mirar la realidad. Aunque las autoridades tengan las mejores intenciones, sean éstas del gobierno, de los respectivos municipios o del Consejo de Monumentos Nacionales, no hay recursos suficientes para destinarlos a la reconstrucción de todas las Zonas Típicas dañadas por el terremoto. La pasividad de las comunidades involucradas podría llevarlas a su definitiva desaparición.

La elaboración de los bloques de adobe se hace bajo estrictas normas técnicas.


En Vichuquén, gracias a la conciencia patrimonial de sus habitantes, de 100 casas de la Zona Típica y de otras aledañas, sólo 16 serán demolidas para ser reemplazadas por nuevas construcciones en adobe sismoresistente. El resto de las casas están siendo reparadas y reforzadas con geomalla .
Es que por este pueblo no pasó el apresurado frenesí demoledor de las palas mecánicas. Al contrario, los vichuqueninos protegieron de la humedad amorosamente sus casas dañadas con polietileno.

Si Vichuquén ya está en plena reconstrucción, es por la conjunción de tres factores: la participación de sus habitantes, la asesoría de un organismo técnico oficial, el SENCICO del Perú (Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción), y el aporte financiero del sector privado, en este caso la empresa minera Barrick.

Los técnicos peruanos que generosamente entregan sus conocimientos en Vichuquén.


Este modelo de reconstrucción, que conjuga la autoconstrucción más apoyo técnico y pecuniario, es sensato y realista.

Cada pueblo poseedor de inmuebles históricos dañadas por el terremoto: Rere, Lolol, Curepto, Chanco, Cobquecura, Putú, Pumanque, San Pedro de Alcántara, Zúñiga y tantos otros, debería replicarlo.

Pero los habitantes de estas pequeñas ciudades rurales, depositarias de nuestro pasado urbano, necesitan por lo menos un empujoncito de las autoridades,
sean estas del Ministerio de la Vivienda o del Consejo de Monumentos Nacionales.
Porque éstas comunidades se encuentran todavía en un "estado de negación patrimonial", mezcla de la perplejidad que naturalmente les provocó el terremoto, las angustiosas incertidumbres de cara al futuro, y por el efecto de alrededor de 100 años de denostación del material del que estaban hechas todas las ciudades del Valle Central hasta no hace mucho: el adobe.

viernes, 28 de mayo de 2010

El Adobe y la huella de carbono


Suelo y las tecnologías para la reconstrucción
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jueves, 13 de mayo de 2010
La tierra que cubre los valles y cerros de la patria es el material para construir más noble de manejar, barato, bajo en consumo de energía, de la menor huella de carbono, reciclable, fácil de mantener, sustentable y duradero. Es al final el material de construcción que más conocemos y del cual tenemos mayor memoria colectiva en la humanidad. Comparada con el cemento y el acero del hormigón, o comparada con el costo energético de un ladrillo, la tierra tiene una huella de carbono envidiablemente baja, sumado esto que en la mayoría de los casos no requiere energía de transporte, está cerca o allí mismo.
Usar la tierra en la construcción puede hacerse además de un modo técnicamente asísmico, sobre todo cuando se trata de viviendas y obras menores. Las viviendas asísmicas más antiguas que conozco en Chile están hechas con alguna de las técnicas mixtas conocidas que usan el aplicar y preparar mezclas con agua, tierra y paja.
Distinto ha sido el destino del Adobe. Entendiéndose en este artículo al adobe como el bloque de barro y paja usado en Chile en muros masivos desde los tiempos de la colonia. Una tecnología distinta a las otras con tierra, tales como el tapial, la quincha o la quincha mejorada. El adobe amontonado uno encima de otro, de gran volumen y sin refuerzos, con un techo pesado se viene cayendo con cada terremoto desde los inicios de la nación. El Adobe ha acumulado tanto desastre y víctimas que ha llegado a ser prohibido su uso en las ordenanzas de la construcción, traspasando su mala impronta a las otras técnicas constructivas que usan tierra y el barro. Eso ha ocurrido así porque nuestros artesanos han olvidado que el adobe simplemente apilado no sirve en un sismo necesita otras tecnologías para resistir. Partiendo con la forma adecuada de tocar el suelo según el lugar, continuando con el sistema de trabas, escalerillas, armado, contrafuertes y soleras que logran “confinar” el material en el caso de sismos, siguiendo con la debida protección contra la humedad más una buena cultura de cuidado y mantención.
Las tecnologías de tierra y barro debidamente confinadas, debidamente protegidas y mantenidas, han logrado mantenerse en pie por siglos de uso y varios terremotos, son social y ambientalmente sustentables. Hay muchos institutos y universidades en el mundo estudiando y trabajando en este tema: me ha tocado estar en universidades de países sísmicos andinos como Perú y Colombia, donde desde hace años la tierra como material recibe aportes de la ciencia y la tecnología para mejorar como material de construcción, en especial de viviendas. También me han tocado conferencias en países tan disímiles como Noruega o la India, donde el tema de la tierra se toma con académica seriedad y ciertas urgencias productivas. En el Cairo, Nueva Zelandia o California las innovaciones en tierra se suman y siguen.
Por allí aparecen también casas de fardos de paja y barro, casas de tapial tensado y confinado, bloques prensados con sistemas de traba y armadura, barros sobre malla metálica, tierra en textiles, mezclas de suelo cemento y otros. La tecnología sigue avanzando. En Chile está naturalmente demostrado en el tiempo que estas casas técnicamente asísmicas resisten los 8 grados Richter o más de un gran terremoto. No confundirse con el adobe masivo, sin técnicas de arriostre, que se ha caído durante toda nuestra historia.



Ahora existe la urgencia de reconstruir viviendas y patrimonio, hay seguridades antiguas y nuevas respecto de la tierra como material de construcción, el desafío de innovación de la tierra tecnificada recién comienza.
Pedro Serrano R., Departamento de Arquitectura UTFSM

jueves, 27 de mayo de 2010

Corresponde a las autoridades diseñar mecanismos que permitan salvar el patrimonio arquitectónico


Preservación del patrimonio arquitectónico tradicional

Corresponde a las autoridades diseñar mecanismos que permitan rescatar el patrimonio amenazado tras el terremoto, con el objetivo de proteger edificaciones que tienen un valor que la sociedad necesita resguardar si aspira a preservar su identidad histórica.



Uno de los daños más graves que dejó el terremoto del 27 de febrero pasado se produjo en la arquitectura rural de la zona central del país. Construcciones levantadas hace siglos sufrieron el embate del sismo, lo que provocó un severo perjuicio al patrimonio arquitectónico tradicional chileno. Ahora la sociedad debe decidir si desea contribuir a preservar al menos parte de este legado cultural e histórico, o dejar que quede sepultado para siempre en medio de los escombros. 
Desafiado por numerosos terremotos a lo largo de la historia nacional, el patrimonio arquitectónico tradicional quedó gravemente herido en esta oportunidad. Pueblos enteros en las regiones de O'Higgins, Maule y Biobío se vinieron, literalmente, al suelo. Casas patronales en distintos fundos y parcelas, así como iglesias y capillas rurales han sido derrumbadas o tienen severos daños, incluso estructurales. La destrucción en las edificaciones de muros de adobe, galerías, patios interiores y techos de teja chilena, muchas de las cuales ya subsistían en condiciones de precariedad por su antigua data y escasa mantención, es enorme y supone una pérdida de proporciones en las áreas campesinas de la zona central.  
Una parte importante de este legado se ha derrumbado y hoy es irrecuperable. Sin embargo, hay otra fracción también muy relevante que ha sufrido daños, en ocasiones muy serios, pero que aún sigue en pie. La tentación de derribar esas casas e iglesias es grande, pero debe ser resistida dentro de lo posible, pues es probable que esas edificaciones puedan ser rescatadas. 
Las demoliciones deben ser postergadas para que expertos realicen las evaluaciones correspondientes y determinen la viabilidad de las construcciones afectadas por el terremoto, sin perjuicio de las medidas de resguardo necesarias para evitar daños a terceros.
Debido a que muchas de estas edificaciones están en manos de propietarios privados que, además, han sufrido otros efectos del sismo en sus faenas productivas, es muy probable que éstos no tengan la capacidad en tiempo y dinero para enfrentar una reparación materialmente onerosa en recursos, y costosa en tiempo y dedicación. Por lo mismo, cabe al Estado promover y financiar una evaluación respecto de si vale la pena intentar la preservación de este patrimonio, así como proveer asesoría técnica para las obras urgentes que conserven las edificaciones hasta su reparación definitiva.
El patrimonio lesionado es parte de la identidad cultural del país. La construcción material afectada es reflejo de un estilo de vida forjado a través de siglos por personas que dieron forma a un estilo peculiar de arquitectura. Las austeras iglesias y capillas de la zona central son, por ejemplo, una síntesis entre la influencia jesuita y las necesidades del clima, la topografía y la población.
Al mismo tiempo, en las casas y parroquias de la zona central ha transcurrido buena parte de la historia de Chile, como también la vida privada y pública de generaciones de sus habitantes. Por todo ello, se trata de un patrimonio que se justifica rescatar.
Otros terremotos, como los que afectaron al valle del Limarí en 1997 y al Norte Grande en 2005, dañaron severamente el patrimonio arquitectónico de esas áreas. Mientras en el segundo caso la restauración ha sido lenta -pese a haber fondos especialmente destinados para el efecto-, en el primero se ha producido lentamente la rehabilitación de edificios muy afectados, algunos de los cuales en su momento se dieron por irrecuperables.
Corresponde a las autoridades diseñar mecanismos que permitan salvar el patrimonio arquitectónico amenazado tras el terremoto. Esto puede hacerse a través de la apertura de líneas de crédito, establecimiento de subsidios, exenciones o incentivos tributarios a empresas y propietarios, entre otras vías posibles, con el objetivo de rescatar de la destrucción a edificaciones que tienen un valor cultural que la sociedad necesita resguardar si aspira a preservar su identidad histórica.


Parroquia San Ignacio de Empedrado, Empedrado, Talca.

lunes, 24 de mayo de 2010

CUATRO REGLAS BASICAS DEL ADOBE

CUATRO REGLAS BASICAS DEL ADOBE


La secretaria ejecutiva de la Comisión nacional de Bienes Culturales de la Iglesia Católica sostuvo que los maestros expertos en construir adobe, aunque no fueron a la universidad, sabían construir según reglas ancestrales que no se han respetado en la mayoría de los casos, causando los daños y derrumbes que hoy lamentamos.

Es absolutamente necesario conocerlas y respetarlas, especialmente en edificios de valor patrimonial o histórico:

1.- Techos pesados, de vigas de roble y tejas de greda, para amarrar los muros. En la inmensa mayoría los techos fueron cambiados por materiales más livianos. Este cambio también produjo, entre otras, el derrumbe del cielo de la Basílica de San Francisco de Asís, en Italia, construida en piedra.

2.- Protección de la humedad, aislando los muros del contacto con el suelo: lo que se logra con una base o cimiento de bolones de piedra, encima dos o tres hileras de ladrillos, que trabajan como secante, y, encima el adobe, sin contacto con el suelo. Y canaletas con ripio como drenaje alrededor de todo el edificio.

3.-Mantener el diseño original, sin modificaciones. Gran parte de los derrumbes se debe a ampliaciones, apertura o ampliaciones de puertas o ventanas, debilitando la estructura y sin los refuerzos adecuados.

4.- Reparar el adobe con adobe, o materiales compatibles, como madera u otros elementos colocados para reforzarlo pero igualando y respetando la elasticidad del adobe frente a los movimientos sísmicos.

Si el adobe es el material de construcción de bienes patrimoniales, o de valor histórico o local, debe ser respetado para proteger la VERACIDAD HISTORICA del edificio, principio básico del Patrimonio. El desafío en los casos de las iglesias o santuarios chilenos, que reúnen muchas personas, lo que dificulta su evacuación y protección, es diseñar un criterio común de intervención con elementos que refuercen los muros sin destruir su veracidad histórica.



En síntesis como dicen los Adoberos Buen Zapato y Buen Sombrero.

sábado, 22 de mayo de 2010

Vichuquén será reconstruido con tecnología peruana de adobe antisísmico


Vichuquén será reconstruido con tecnología peruana de adobe antisísmico

La empresa Barrick busca preservar el patrimonio de este poblado de la Región del Maule, para lo cual traerá a maestros adoberos de Perú para que dicten talleres a los habitantes del poblado para que ellos mismos puedan levantar sus casas.


Vista de la calle principal de Vichuquén (Foto de Totorilla)


Por Andrés Varas R.

Si el terremoto y tsunami del pasado 27 de febrero dejaron a gran parte de las ciudades del centro sur del país en el suelo, el panorama es aún peor en decenas de localidades rurales, donde la mayor parte de las construcciones fueron destruidas. Esto afectó de manera invaluable al patrimonio histórico del país, que amenaza con perderse en la reconstrucción.

Foto de Fsdkjhfds

Sin embargo, una iniciativa de la empresa minera Barrick busca restaurar las edificaciones dañadas utilizando adobe con tecnología antisísmica, pero además, se fomenta la autoconstrucción y se preservan las fachadas típicas de estos pueblos.

El gerente de Asuntos Corporativos de la firma, Rodrigo Rivas, manifiesta a Terra.cl el compromiso para reconstruir Vichuquén, localidad declarada patrimonio nacional y que quedó prácticamente en el suelo.

“Es una localidad que vive del turismo, si se hace una reconstrucción distinta al adobe o patrimonial, la comunidad va a perder la oportunidad de desarrollo futuro”, explica.

Con esto en mente, Barrick contactó a un grupo de ingenieros y maestro adoberos peruanos, que ya visitaron la zona del Maule, para que se trasladen a nuestro país a dictar talleres sobre reconstrucción con adobe antisísmico. “El compromiso es que vamos a reconstruir algunos edificios emblemáticos de la comuna, la iglesia, la antigua municipalidad y también vamos a enseñarle a la gente cómo hacerlo”, detalla.

Foto de Bicho Vichuquén

Esta forma de construcción, que parecía erradicada, emerge como una alternativa de preservación de cientos de edificaciones patrimoniales dañadas, sobre todo, porque es resistente a los movimientos telúricos que cada cierto tiempo afectan al país. Una de las bondades que tiene esta modalidad, es que tanto los techos de las casas y sus muros, son reforzados y se utilizan materiales distintos a los del adobe tradicional.

“Barrick tiene operaciones en Perú y ya se ha utilizado (esta forma de construcción en ese país), y es un país tan sísmico como Chile”, indica Rivas.

Gracias al apoyo de esta empresa, en las próximas semanas se espera el arribo al país de los especialistas del país chileno para que comiencen a dictar los talleres a los habitantes de Vichuquén y otras localidades rurales de la zona costera de Curicó.

La jefa del Magister en Arquitectura del Paisaje de la Universidad Católica, Consuelo Bravo, explica que este método de construcción es un poco más caro que el tradicional con ladrillos, principalmente porque como es desconocido en nuestro país, no hay mano de obra capacitada. “La gente piensa que es llegar y sacar la tierra (para hacer los adobes), pero es una tierra bastante especial”, puntualiza.

Además, la arquitecta reafirma lo expuesto por la empresa patrocinante de este proyecto, señalando que en Perú y Colombia se ha utilizado esta tecnología y ha sido puesta a prueba por violentos sismos.

Fuente: Terra Networks Chile